Estamos fatal, pero la responsabilidad es compartida

La salud mental es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Un estudio reciente ha arrojado luz sobre la salud mental en España, y los resultados son reveladores.

El informe «La situación de la salud mental en España» de la Fundación Mutua Madrileña, publicado en mayo de 2023, destaca que:

  • Cuatro de cada diez personas en España (39,3%) valora de forma negativa su salud mental actual.
  • El 42,1% de las personas ha experimentado depresión en algún punto de su vida.
  • Casi la mitad, 47,6%, ha atravesado episodios de ansiedad o pánico.
  • Y el 36,9% ha padecido ansiedad sostenida en el tiempo.

A pesar de que en los medios de comunicación se vende con frecuencia que los jóvenes son el eje del mal y la perversión, la realidad es que las personas más jóvenes parecen ser particularmente vulnerables. Las estadísticas muestran que quienes están entre los 18 y 24 años frecuentemente se sienten solos, lo que se ve empeorado por la preocupación por cómo son percibidos por los demás.

Sin embargo, no podemos analizar estos números sin considerar el telón de fondo, el contexto. Por ejemplo, las personas con menores recursos se encuentran desproporcionadamente afectadas, con mayor insatisfacción en su vida laboral, salud y situación económica.

Diferencias sociales y salud mental

Los problemas psicológicos no aparecen porque las personas no se animen a ver lo bonito de la vida, porque sean débiles o porque no les apetezca esforzarse. Hay numerosos factores que aumentan la probabilidad de tener problemas psicológicos.

Por ejemplo, en este estudio, reportado en el libro Salubrismo y Barbarie, podemos ver como las clases sociales más bajas reportan tener una peor salud percibida que las más altas.

La desigualdad socioeconómica no sólo tiene implicaciones materiales, sino también psicológicas. Aquellos que viven en condiciones de pobreza o marginación enfrentan una serie de retos cotidianos que generan un estrés constante: inseguridad económica, falta de acceso a servicios básicos, discriminación, entre otros. El estrés crónico es un conocido factor de riesgo para problemas de salud mental, incluyendo la depresión, la ansiedad y trastornos del sueño. En un ciclo vicioso, estos problemas de salud mental pueden agravar aún más las condiciones de vida, reduciendo la capacidad de las personas para trabajar o buscar oportunidades. Además, la inseguridad laboral ha mostrado tener efectos negativos sobre la salud mental de los trabajadores independientemente de la situación económica de los mismos. De hecho, se ha visto que tener un trabajo precario puede ser igual o peor para la salud mental que estar en situación de desempleo.

Diversidad y salud mental

La salud mental también se ve perjudica de manera distinta por cuestiones de género, edad, orientación sexual, minorías étnicas, identidad de género…

Aquí algunos ejemplos de las estadísticas más recientes:

  • En mayor medida que los hombres, las mujeres manifiestan haber sufrido un ataque de ansiedad (59,1%), una depresión (48,0%), ansiedad prolongada (44,7%), autolesiones (11,3%) e ideación o intento de suicidio (17,0%).
  • En un estudio reciente, publicado en la revista JAMA Psychiatry en 2022, encontró que las personas trans tienen un riesgo mayor de morir por suicidio que la población general (46%).
  • En personas refugiadas la prevalencia de ansiedad actual diagnosticada y autoinformada fueron del 13 y el 42 % , para depresión diagnosticada y autoinformada el 30 % y el 40 %, y para trastorno de estrés postraumático diagnosticado y autoinformado 29% y 37%. Estas estimaciones son sustancialmente más altas en relación con las reportadas en población general.

Todos estos elementos se entremezclan unos con otros, por eso es importante la interseccionalidad. Por ejemplo, se ha mostrado claramente el deterioro en salud mental que sufren las personas cuidadoras a medida que las cargas familiares son mayores, siendo esto más llamativo en clases bajas, donde inevitablemente se intersecciona con otras situaciones de vida. No hay que olvidar, que el rol de cuidados es mayoritariamente desempeñado por mujeres.

Acceso Desigual a la Atención de Salud Mental

Una de las crueles ironías de la relación entre las diferencias sociales y la salud mental es que aquellos que más necesitan ayuda a menudo tienen menos acceso a ella.

Actualmente, la atención de salud mental sigue siendo un lujo reservado para aquellos con recursos o supone un gran sacrificio para quienes no los tienen. De hecho, uno de los principales factores que lleva a elegir un servicio psicológico de atención privada, es el no poder soportar los tiempos de espera de la sanidad pública.

En general, la falta de acceso y la desinformación agrava la brecha en salud mental entre diferentes grupos sociales.

La responsabilidad es compartida

Estos datos muestran que el cuidado de la salud mental no es una responsabilidad personal, sino social. Aunque los terapeutas trabajamos a nivel individual con quienes enfrentan estos desafíos, es esencial reconocer que las personas no son simples productos de sus propias acciones. Por eso es importante dejar patente que los problemas psicológicos no son culpa de uno, si no que en la mayoría de ocasiones provienen de la estructura y cultura que generan y mantienen estos problemas. Es crucial dirigir nuestra atención y esfuerzos hacia las causas subyacentes y abogar por un cambio en la estructura y la cultura que perpetúan estos problemas.

Fuentes

Fernández, J. (2022). Salubrismo y barbarie: La construcción de la salud pública en la España contemporánea. Madrid: Cátedra.
Fundación Mutua Madrileña (2023). Informe de salud mental 2023. Madrid: Fundación Mutua Madrileña.

García-Martínez, A., Rodríguez-Martín, E., & Ruiz-Rodríguez, J. A. (2023). El impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral español: un análisis de la demanda de empleo. SSRN Electronic Journal. https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3487841

Haas, A. P., Rodgers, P. L., & Herman, J. L. (2014). Suicide attempts among transgender and gender non-conforming adults. work, 50, 59.

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